¿Motivación o conformismo?
¿MOTIVACIÓN O CONFORMISMO?
Cuando era pequeña, recuerdo que repetir curso era algo que me daba miedo y me producía bastante angustia. Me acuerdo de que a mis compañeros y a mi, no nos preocupaba tanto el hecho de suspender o no aprender, sino todo lo que venía después: separarnos de nuestros amigos, acabar en una clase nueva con gente desconocida, llevarnos la bronca de nuestros padres o tener que volver a estudiar lo mismo otro año entero. Así que, aunque es verdad que no siempre nos esforzáramos al máximo, sí que intentábamos evitarlo como fuera.
Ya en la ESO, cuando nuestros padres dejaron de echarnos una mano con los estudios, este miedo se volvió aún más real. Ahora dependía completamente de nosotros, y la presión era mayor. Pero lo curioso es que, para algunos, saber que iban a repetir en cuanto acumulaban demasiadas suspensas no les hacía esforzarse más, sino todo lo contrario: dejaban de intentarlo, porque sentían que daba igual lo que hicieran, que el resultado ya estaba decidido.
Motivación
En cierta parte, repetir curso tenía su lógica: si alguien no tenía los conocimientos suficientes, no podía pasar de curso. En algunos casos, servía de empujón para que los alumnos se esforzaran más y evitaran quedarse atrás. Pero, en otros, generaba el efecto contrario. La sensación de “ya está todo perdido” hacía que algunos compañeros se rindieran antes de tiempo, dejando de lado cualquier intento de remontar.
Por eso, la LOMLOE introdujo un cambio importante en este sentido: ahora los alumnos pueden pasar de curso aunque tengan asignaturas suspensas, siempre que los profesores consideren que pueden seguir adelante sin problema.
Conformismo
Aquí es donde entra el debate. ¿Esta medida ayuda a motivar a los estudiantes, evitando que se desanimen por completo, o fomenta el conformismo y baja el nivel educativo?
Por un lado, tiene sentido que no se penalice con repetir automáticamente a quien tiene dificultades en algunas asignaturas, sobre todo si puede compensarlas en otros aspectos. Pero, por otro, ¿no hace esto que algunos alumnos se acostumbren a hacer lo mínimo, sabiendo que igual van a pasar de curso?
Al final, creo que lo importante es cómo se aplica esta norma. Si se usa bien, puede ser una forma de apoyar a quienes necesitan este apoyo y seguridad para enfocarse en los estudios. Pero si se convierte en una especie de “pase automático”, el mensaje que se manda es peligroso: que no importa si aprendes o no, porque al final vas a seguir avanzando de todas formas. Y si llegamos a ese punto, entonces ya no estamos motivando, sino normalizando la falta de esfuerzo.
Comentarios
Publicar un comentario